Estas son las palabras del Presidente de nuestro Partido, y diputado de la Republica Guillermo Teillier ante las situacion provocadas por el terremoto:
Estamos ante un cataclismo, una inmensa tragedia que enluta a tantas chilenas y chilenos. Lo primero es entregar un mensaje de sentimiento por las pérdidas de vidas y un mensaje de aliento para quienes lo han perdido todo, pero han conservado la vida que es lo principal. Ellos han permanecido en los lugares más afectados por la tragedia. Sabemos que hay gente que está viviendo en los cerros, que está sufriendo hambre, frío, y cada vez se hace más agudo el desabastecimiento de lo primordial para la existencia: el agua y la alimentación.
Además, somos presa de una incomunicación que nos debe hacer pensar. En el país existen más de seis millones de celulares que cuentan con la más alta tecnología pero que, sin embargo, no sirven para establecer una comunicación segura en los cruciales momentos de emergencia para el país. Lo extraño es que no se hayan establecido medidas de fondo para actuar en situaciones extremas como las que hemos pasado. Hay que ver también el papel de algunas instituciones y servicios, incluyendo las FFAA. El error respecto de no considerar el peligro de tsunami fue fatal para muchas personas Es posible instalar un sistema seguro que sea estatal. Lo mismo que sucede con las comunicaciones, sucede con la luz, con el agua potable, con las carreteras. Todas esas cosas hay que repensarlas: pero repensarlas bien. será parte importante del trabajo parlamentario.
Ante el desabastecimiento que sufren en la zona más afectada, el gobierno debería haber tomado la iniciativa de comprarle a los supermercados la mercadería necesaria y repartirla entre los afectados.- Pero estamos en esa situación de que quién toma la iniciativa. ¿La empresa privada? ¿Hay que actuar de acuerdo a la política del libre mercado? ¿El Estado no puede intervenir? ¿O hay que implementar una política en que el Estado, ante la catástrofe, actúe con firmeza y decisión ante todos lo demás en beneficio de la mayoría afectada y más postergada? Yo creo que eso es lo que hace falta en el país, un Estado con más prerrogativas en todo orden.
He escuchado algunas críticas de la derecha, de Hernán Larraín y de la alcaldesa de Concepción, que me parecen bastantes destempladas y ausentes de una autocrítica. Antes, en Chile, hubo un terremoto de similar o mayor magnitud, en 1960. Tuvimos una experiencia que deberíamos haber recogido. La misma derecha que hoy critica, con la dictadura, tenía la suma del poder total. Pudo haber rectificado muchas cosas, por ejemplo, no seguir permitiendo la construcción de casas, restaurantes, edificios, tan cercanos a las playas, a las costas.
¡Cuánto tiempo estuvo con el control del poder total esta gente! A mi queda la impresión que Pinochet flexibilizó las normas de construcción. De esto se han aprovechado algunas empresas y han seguido construyendo sin observar las normas que se exigen para una buena construcción. Se debe aplicar la ley en forma drástica para investigar y para sancionar, en especial para reparar a los afectados.
Creo entonces muy trágico que se entregue un gobierno, por parte de la Concertación a la derecha, en medio de esta catástrofe. Y lo que veo venir es que la derecha se escudará en el terremoto para no cumplir con el programa prometido. Ya están hablando de una pérdida de 30 mil millones de dólares. Entrarán en una etapa de echarle toda la culpa a la Concertación, y con eso se lavarán las manos por un buen tiempo.
(imagen actual del Puerto de Talcahuano)
Entonces, lo que nos cabe a nosotros, como políticos responsables, es organizarnos en un movimiento, en un frente, por la reconstrucción de Chile. Por la reconstrucción democrática. Debemos exigir que se le entregue a la gente lo que sea necesario para reconstruir sus viviendas, sus industrias, sus comercios. Todo lo que haya sido destruido. No podemos dejar que la derecha se escude en hacer responsable al otro gobierno, debe asumir responsablemente la catástrofe. Nosotros debemos exigir que se solucione todo. Junto con entregar nuestros aportes solidarios de forma activa, debemos organizar las demandas, luchar por ellas.
No podemos permitir que la reconstrucción de centenares de miles de viviendas se transforme en un gran negociado, en créditos usureros. Se necesita un sistema de moratoria hipotecaria, de créditos blandos, de subsidios. Que se ponga en primer lugar
la vivienda social, los hospitales. Hay que replantearse los planos reguladores. La pequeña empresa, los pescadores artesanales de lugares destruidos deben recibir asistencia técnica y crediticia.
Como siempre estos fenómenos dejan al descubierto las desigualdades económicas y sociales. Algo de esto hay tras los asaltos a supermercados. Por cierto no es el camino. Ello conlleva el peligro de un nuevo gobierno autoritario de la derecha que añoran algunos pinochetistas. "Mano dura" para no resolver lo de fondo. Al contrario, la comunidad debe organizarse, exigir a los municipios empadronar todos los daños para, a su vez, exigir del gobierno central las medidas necesarias.
La privatización extrema ha mostrado todas sus debilidades. Es hora de replantearse el papel del Estado, aún bajo un gobierno de derecha, porque no debemos olvidar que seguir luchando por nuestros objetivos es imperativo.
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